Rectora Marshall: "Tengo bagaje y experiencia universitaria para encaminar la U. Aysén"
La actual rectora María Teresa Marshall es Magíster en Sociología, trabajadora social de la Universidad Católica, asumió en un escenario complejo tras el paso de Roxana Pey por esta casa de estudios superiores. Reconoce que no han sido tiempos fáciles y valora la crítica, incluso hasta las más despiadadas como las del diputado René Alinco. Marshall coloca su experiencia en la primera línea de las razones para continuar encabezando el proyecto de la Universidad de Aysén.
'Tengo una experiencia universitaria, en políticas públicas, trayectoria, conozco el Ministerio de Educación, el Consejo de Rectores, las universidades estatales y privadas, en Chile y el extranjero, si yo le nombrara cuántas universidades en el extranjero conozco me faltarían dedos de la mano y en profundidad. Tengo un bagaje para encaminar la universidad hacia el futuro que la región nos ha encomendado, no los académicos, porque no había, por lo tanto, soy responsable de entregarle a la región el sueño que ellos plantearon hace tantos años'.
A casi tres años de su llegada ¿Cuál es la evaluación que hace de su gestión?
'Cuando partimos la Universidad era un proyecto que no tenía infraestructura, académicos y una propuesta de partir en marzo de 2017 con seis carreras, no teníamos estatutos, ni la ley propia de la universidad. Era una situación bastante anómica, hoy somos una universidad con un cuerpo académico compuesto por 30 personas, edificios, proyecto de construcción, laboratorios, casi 300 estudiantes y todas las políticas que deben regir la universidad y donde estamos constituyendo gobierno universitario. Al iniciar sólo teníamos un comité de administración, pero no había decisiones colegiadas. En las universidades las decisiones no las toma el rector, quien propone y es el consejo superior el que decide.
Mi balance es que lo que tenemos está a la vista, logramos el terreno de las 22 hectáreas, tenemos un diseño de construcción, hay un plan y recursos para construir el primer edificio, partimos con seis carreras, estamos avanzando a una propuesta de diez. Tenemos casi 30 académicos con doctorado desarrollando investigación. Es decir, tenemos universidad'.
Es evidente que la instalación de una universidad es un tema complejo, más aún cuando hace tantas décadas que el Estado no creaba Centros de Educación Superior como este. ¿Cuáles son las principales dificultades que ha tenido que enfrentar?
'Ser estatal, tener sistema de contraloría interna, contraloría regional y nacional, Superintendencia de Educación son 5 procesos distintos de control de lo que hacemos, por lo tato muchas veces los procesos son más complejos de los que uno quisiera. En una universidad o empresa privada, para cambiarlos muebles, por ejemplo, uno tiene 3 cotizaciones y opta por la que más le convenga. Nosotros tenemos procesos de licitación pública, que son complejos y lentos, sobre todo con equipos de alta complejidad que vienen del extranjero. Me gusta la contraloría, es mejor, porque firmo más tranquila'.
¿Cuáles son las razones por las cuales usted debería seguir como máxima autoridad de este plantel de Educación Superior?
'Estamos en un punto crítico, de inflexión, no es un momento cualquiera. Tenemos que entregar en 60 días el primer informe de autoevaluación. A las universidades se les exige estar acreditadas. Recibimos el 2016 una acreditación por gracia, nos reconocieron por el trabajo de la Universidad de Chile con nosotros, pero tenemos que caminar al año 2022 hacia la plena acreditación, si no la tenemos, por cualquier razón, se nos acaba la gratuidad y la postulación a recursos externos'.
¿Cómo se desarrolla el proceso de acreditación y en qué etapa se encuentra?
'Se toma el rodaje institucional, que los procesos estén decretados y formalizados, contrataciones de acuerdo a los estándares de calidad, sistemas de información que permitan tomar decisiones y flujos en la toma de decisiones que sean correctos, y un sistema permanente de aseguramiento de la calidad constante. No me es ajeno, estuve en Conicyt en la acreditación de los postgrados, aprendí lo que son estos procesos complejos de acreditación.
Y también el nuevo sistema de apoyo al financiamiento de las universidades, es importante porque tiene que ver cómo hacemos las cosas y eso define los recursos que se reciben. El tema del financiamiento es sensible, si nos va mal tenemos menos plata. No está separada la buena gestión diaria con el financiamiento que es la clave para asegurar la continuidad del proyecto'.
¿Cómo se imagina la universidad en 4 años más?
'Veo que logramos nuestra acreditación, tenemos sistemas de gestión con datos oportunos que facilitan la toma de decisiones, nuestras carreras con una docencia más innovadora, con más terreno, más biblioteca, más vínculos. Productividad en investigación, es decir, trajimos académicos con doctorados, laboratorios y vínculos nacionales e internacionales y ellos empiezan a producir más publicaciones, seminarios y presencia, un cuerpo académico sólido, pensante, intelectualmente muy fuerte. Nuestros alumnos insertos en la región, aportando algo distinto dondequiera que se encuentren, con un sello humanista en el área de la salud y nuestros ingenieros no los veo burócratas, sino pensando proyectos para la región, generando oportunidades en materia medio ambiental y otras'.
¿Cómo se logra la inserción de la universidad en la región y qué se ha hecho este tiempo?
'Hemos logrado no todo lo que quisiera, pero hemos marcado presencia en toda la región en algunos más o menos. En Chile Chico y la tragedia de la mina, con la cesantía generada trabajamos en un proyecto para desarrollar formas de producción y cooperativas con grupos de Chile Chico. En los incendios de Cochrane estuvimos allí y recorrimos el lugar, con reuniones y estamos viendo cómo colaboramos en los procesos de restauración y aportar información a la comunidad. En Villa O’Higgins hemos trabajado muy de la mano con el alcalde para ir identificando necesidades de apoyo a la escuela y el liceo, trabajando con ellos. En Cisnes, tenemos un convenio con la municipalidad para hacer actividades culturales y por supuesto Puerto Aysén, Ibáñez y tenemos una estrategia en el área educativa con el liceo, pero a la vez queremos constituir un centro de investigación y reflexión y apoyo al sistema escolar, que estamos trabajando prácticamente con todos los liceos municipales.
¿Por qué no se ha instalado aún el Senado Universitario? ¿Existen retrasos en su instalación?
'Por ley en nuestro estatuto la fecha de instalación es febrero de 2020, la decisión de esa fecha está dado por la ley y revisada por el Consejo Superior. El Senado es nuestro órgano normativo, la Universidad de Chile se demoró tres años en definir cómo iba a ser su senado y para nosotros no ha sido fácil tener la planificación del senado, cuando estamos con elecciones, acreditación, nuevas carreras, con construcciones. Tenemos programado un seminario sobre el senado en agosto y en noviembre las bases para llamar a las elecciones en el mes de enero y tenemos que cumplirlas. No está atrasado, sino que está en su perfecto plazo.
Antes hay que elegir a los académicos que participarán del Consejo Superior y luego se eligen los representantes en el Senado, además de tener una masa crítica de más académicos y estamos en el tiempo de hacerlo'.
¿Qué piensa que sea una académica de la misma universidad la que levante un proyecto alternativo? ¿Es eso una manifestación de descontento o insatisfacción por parte de una parte de los académicos?
'Creo que hay algunas áreas y algunas direcciones que no han avanzado al ritmo que uno espera, pero allí hay un tema, por qué no han avanzado, tal vez por demasiados procedimientos, burocracia, indecisión, negligencia, puede haber de todo un poco, personas que no ven lo urgente de las cosas o que no han establecido la conexión con el otro'.
¿Existe alguna autocrítica en ese sentido?
'Hay personas de mi confianza a las cuales le hemos tenido que pedir la renuncia cuando hay dificultades, como el director de investigación, porque las cosas no estaban andando bien en esa área, a otra persona también porque tenía una visión distinta a cómo debía llevarse la universidad, otra que no tenía un buen clima laboral. Ha habido cambios, pero es difícil porque es una etapa compleja. Y hemos apoyado con la tutoría de la Universidad de Chile en aquellas direcciones que requieren más agilidad. Hay que dar el tiempo para eso'.
Respecto a las nuevas carreras, se habla mucho que al menos sicología e ingeniería comercial están saturadas y las dictan varios planteles en el país. ¿Cuál es la diferencia?
'Nuestra ingeniería comercial está orientada a la innovación, emprendimiento y nuevos negocios, no pensamos en marketing o el banco, como muchas otras. Es totalmente distinta a la de otras universidades, es otra lógica de preparación, mayor desarrollo productivo en la región vinculada a nuestra realidad, como turismo, ciencias naturales, biotecnología. En sicología estamos pensando en un profesional preparado para trabajar en el sistema público y privado en lo que se llama las duplas sicosociales, que entiende los fenómenos individuales, como también las instituciones, barrios, ciudades y organizaciones contribuyen a la calidad de vida. Construir entornos sicosociales saludables'.
*Entrevista publicada por El Divisadero
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